Cuando el actor Robert Rusler (La La Land) presentó nuestra película y la ronda de preguntas durante el Festival Internacional de Cine de Malibu (California), donde recibimos el Premio al Mejor Documental y el Premio del Público, se le saltaron las lágrimas porque él también había sido víctima de abuso sexual y eso le marcó de por vida.
En el Festival de Cine Latino de San Diego, un hombre mexicano-americano sintió la necesidad de contar su historia de abuso en público por primera vez. “Mi niñera me violó cuando tenía cuatro años. Con seis, mi tía empezó a abusar de mí. Más adelante fui yo quien iba a buscarla. Me habían despertado la sexualidad y no sabía lo que hacía. Ya cerca de la pubertad intenté hablar sobre ello con chicos mayores que yo pero la única respuesta era ‘¡Qué suerte tuviste!’ ”.
En el Festival de Cine de Derechos Humanos de Valencia (España), una refugiada colombiana dijo, “Nunca he tenido el valor de decirle a nadie que mi madre es prostituta. Pero tu película me ha dado la fuerza para hacerlo. Quiero que el mundo entero sepa que estoy orgullosa de mi madre, porque siempre me protegió y nunca me dijo qué tipo de trabajo hacía. Casi todos en mi familia y en mi pueblo me decían que nunca podría hacer nada con mi vida siendo hija de prostituta. Sin embargo, me formé y cuando comencé a hacer demasiadas preguntas sobre la desaparición de mi madre a manos de los paramilitares, también yo me convertí en su objetivo”.
At the San Diego Latino Film Festival, a Mexican American man felt compelled to tell his story of abuse in public for the first time. «I was raped by my nanny as a four-year-old. When my aunt started abusing me, I was six. Then it was me who at that young age started to look for her. I had my sexuality arisen and I didn’t know any better. When I was nearing puberty I tried to talk about it to older boys around me, but the only answer I got was, ‘Oh man, how lucky you are.’»
At the Valencia Human Rights Film Festival in Spain, a Colombian refugee said, «I never had the courage to share that I am the daughter of a prostitute. But your film gave me the strength. I want to tell the world that I am proud of my mother because she always protected me and never let me see the work she was doing. Most in my family and village told me I could never do anything with my life being the daughter of a prostitute. But I educated myself, and when I started asking too many questions about my mother’s disappearance at the hands of the paramilitary, I became their target, too.»